
Usualmente en Chile, nos llena de amargura el 11 de septiembre, el golpe de estado contra la unidad popular, y luego con el 18 y las fiestas patrias nos olvidamos un poco.
El 11 se suele recordar por el golpe, pero yo prefiero recordar la figura de Allende, de Víctor Jara y su intachabilidad en todos los planos, y de los miles y miles de mujeres y jóvenes que se comprometieron en ese proyecto. Ese sueño que ni los más hippies de este planeta se habían atrevido a soñar en esos tiempos. El socialismo por la vía democrática. Sí, en ese país visto tan lejos, de lo que para occidente eran los centros de poder, político, económico y cultural, en el mundo. Ese país que anidó una gesta en la que se aglutinaron partidos de izquierda, sectores progres de la iglesia católica, hippies, movimiento indígena, campesinxs, obrerxs, jóvenes, americanistas, soñadorxs, etc...
Quiero rescatar hoy eso. ese sueño que fue capaz de ver el mapa no como nos lo ha querido enseñar la geopolítica oficial. Sino, siendo nosotrxs los que estamos arriba de este planeta, allá en el sur: "allá arriba". Siendo capaces de construir un mundo y un destino a nuestro modo. Cosa que hoy se suele olvidar, por ser políticamente correctos con los organismos de financiamiento internacional, que nos dicen que no podemos hacer un mundo que se salga de las reglas del mercado.
Octubre nos llega con la figura romántica del comandante Ernesto Guevara de la Serna, el Che. Y las feministas solemos tener sentimientos encontrados con respecto a su figura de héroe, pero también de antihéroe en su forma de relacionarse con las mujeres.
Sin embargo, cómo desconocer en él que hizo lo que se tenía que hacer. Cómo desconocer su generosidad en sacrificar su vida por una causa. Con sacrificar su vida no me refiero sólo a morir por ello, sino a todo ese tiempo de entrega por un proyecto de cambio, que trajera un nuevo amanecer para Latinoámerica.
Recordemos en estos meses, que son primavera en el cono sur, ese proyecto de un nuevo amanecer. Porque aunque alguien pueda no estar de acuerdo con x proyecto, con cómo se llevó a cabo, no se puede desconocer esa valentía y lucidez para permitirse ver el mundo de forma diferente a como nos lo han enseñado. Ver el mundo como lo queremos construir.
Luego llega el 12 de Octubre y de nuevo nos abruman emociones fuertes. Es el día en que occidente dice habernos descubierto. Sin embargo, qué es para nosotrxs este día, que nos cuesta ver como un encuentro. Un encuentro que pudo ser quizá, pero que en realidad fue vivido como choque. Choque por la incapacidad de ver al otro. La incapacidad de maravillarse en las diferencias.
En este caso sucedió con culturas, mundos diferentes, espiritualidades diferentes, pero es un problema que también nos sucede entre géneros, entre especies. Y hoy, a pesar de este choque, un continente rico igualmente de mestizajes de híbridez, de imaginación, de espiritualidad, de ganas de continuar generando vida en todas sus expresiones.
Ahora puede ser un momento mejor para construir nuevos sueños, con una mayor presencia de nosotras las mujeres, del mundo indígena, de los movimientos ambientalistas, de los movimientos de protección animal. Quizá sea el momento de poder comenzar a pensar en proyectos más integrales, aunque los obstáculos puedan ser también mayores.
Pero no nos neguemos - menos en esta estación, que nos recuerda el renacer del mundo - la posibilidad de pensar un nuevo amanecer para el continente. Pensarlo con la fuerza de las deidades femeninas de antaño, con la fuerza de la madre tierra, tan presente en nuestra amerindia.
1 comentario:
Marcela, siempre es un placer leerte. Tienes un don increible para la redacción y para que nos quedemos atrapados entre tus palabras.
Un beso.
EvaSan Paca
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